miércoles, 2 de junio de 2010

El centro de clasificación de huevos de Euskaber S.L. comenzó su andadura en Zaldibia (Gipuzkoa) en diciembre de 2006



El centro de clasificación de huevos de Euskaber S.L. comenzó su andadura en Zaldibia (Gipuzkoa) en diciembre de 2006, y su crecimiento ha sido imparable


En estos años, Euskaber S.L. ha pasado de manejar 725.000 docenas en 2007 a 1.250.000 en el pasado ejercicio. Euskaber se encarga de clasificar, marcar, envasar, distribuir y comercializar el huevo producido mediante técnicas de avicultura diferenciada. Pero como destaca su gerente, Esteban Atxa, la labor de esta empresa va mucho más allá y persigue unos objetivos sociales centrados en promocionar la vida en el medio rural.

¿Por qué nació Euskaber?


Se creó para aglutinar a los pequeños productores y promocionar nuevas explotaciones. Euskaber es una empresa que pretende dar a los baserritarras opciones para quedarse en los caseríos, y su función principal es la de buscar vocaciones, gente que quiera vivir del mundo rural. Les explicamos en qué consiste el proyecto, les asesoramos en todo (obtención de licencias, subvenciones, equipamiento e instalaciones que necesitan…), y les ofrecemos un curso específico para la producción de huevos con Eusko Label (en colaboración con Itsasmendikoi) y una formación continua.

¿Cómo funciona Euskaber?

Es una Sociedad Limitada, aunque su funcionamiento es similar al de una cooperativa. Los productores se hacen socios de Euskaber. Todos tenemos la misma participación, de tal manera que si a final de año hay beneficios se reparten entre los propios socios. Así, todo el valor añadido que genera el huevo revierte a los baserritarras.

¿Qué tipo de explotaciones aglutina?

Nosotros trabajamos con módulos de un máximo de 6.000 gallinas camperas.Aunque pueda parecer mucho, en realidad son granjas muy pequeñas (una explotación avícola puede tener hasta un millón de gallinas o más). Una granja de estas dimensiones sola es prácticamente inviable hoy en día. Pero la fórmula de Euskaber es un ejemplo de desarrollo de este tipo de avicultura en todo el Estado.

¿Cuántos socios tiene ahora Euskaber?

En este momento, somos siete (tres en Gipuzkoa, tres en Bizkaia y uno en Araba), pero aspiramos a ser 40. Teníamos la previsión de hacerlo en diez años. Contamos con gente dispuesta a incorporarse al mundo rural, pero el mayor obstáculo con el que nos encontramos es la obtención de licencias de construcción en los municipios. Las normas subsidiarias de planeamiento hacen muchas veces inviables este tipo de proyectos.

¿Esto está ralentizando el crecimiento de Euskaber?

Hemos tenido 68 proyectos que han querido salir adelante y la mayoría se ha quedado fuera por temas de normativas del suelo de los ayuntamientos. Es dificilísimo construir una nave de 800 metros cuadrados. Tenemos todo el apoyo del Gobierno y de las diputaciones, pero llegamos a los ayuntamientos y tienen unas normas subsidiarias que hacen imposible muchas veces poner una explotación de este tipo.

Y, una vez superadas estas trabas, ¿las explotaciones son viables?

Todas, porque les garantizamos a nuestros socios no un precio de compra, sino un margen de producción. Nosotros pagamos el huevo según los costos variables que tienen ellos en la granja. Y, además, el producto está bien posicionado en el mercado. Lo que nos gustaría es contar con más productores para llegar a más clientes.

¿Cuál es la labor del Centro de Clasificación de Euskaber?

Todos los huevos que entran aquí son huevos diferenciados (producidos por gallinas que están fuera de las jaulas): huevos camperos, huevos camperos con Eusko Label y huevos ecológicos. Una vez que los recibimos se marcan con un código que identifica el tipo de huevo y su procedencia (modo de cría, país, provincia y explotación). Una máquina los va clasificando según su peso y, luego, se envasan. Esos envases también se marcan con el lote y la fecha de consumo preferente, y después se meten en cajas que llevan su correspondiente etiqueta. Además, tenemos distribución propia y vendemos la mayoría de nuestros huevos en el mercado tradicional.

En todo este proceso, ¿cómo se llevan a cabo los controles?

Nosotros compramos las gallinas con 17 semanas, pero los controles comienzan desde el mismo día que nacen. Se hacen controles de salmonela, vacunaciones, seguimiento del peso… Todo con el objetivo de que, cuando llegue el momento de la puesta, tengamos unas gallinas óptimas. Después, cuando recibimos los huevos en el centro, también se realizan controles de calidad, midiendo su frescura, el color de la yema, el espesor de la cáscara… Ahí se decide si esos huevos cumplen con los requisitos de Eusko Label. Los envases de estos huevos con Eusko Label son todos diferentes, porque tienen un número de control, además del lote y la fecha de consumo preferente.

¿Son estos controles los que garantizan la calidad del producto?

Sí, los controles y la sanidad de las gallinas. Para poner un buen huevo se necesitan unas gallinas bien criadas y sanas. Su alimentación contiene un mínimo del 50% de maíz y un 15% de otros cereales que también les hacen falta. Es una alimentación totalmente natural. También es fundamental cómo se cuida a las gallinas. Tenemos unas granjas pequeñas y unos baserritarras que las miman día a día. La diferencia sustancial es que cada gallina campera dispone de cuatro metros cuadrados de pradera donde hace ejercicio y picotea la hierba. Su calidad de vida no tiene nada que ver con las que están en jaula. Aunque comen más, estas gallinas suelen poner menos, pero el huevo tiene una calidad que se nota.

¿En qué se nota?

En que el huevo sabe a huevo, no a otra cosa. Una característicamuy importante para distinguir la buena calidad del huevo con Eusko Label es que tiene una yema más densa. Nuestro huevo es un huevo que se pega al plato. Te comes un huevo frito y ensucia el plato. Luego nos cuesta más limpiar el plato, pero merece la pena ese pequeño trabajo extra. Otra diferencia es que nuestros huevos, al abrirlos, no tienen ese color rojo porque no damos colorantes artificiales. La yema, al cascarla, es un poco más amarilla, pero al batirla toma otra intensidad y otro color.

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